El Chasmosaurus era menos voluminoso que sus parientes posteriores. Tenía una enorme gorguera ósea que iba desde la parte posterior del cráneo hasta cubrir el cuello y los hombros. Ésta podía serle útil para disuadir a los enemigos o para atraer a la pareja. Este gran “casco” no era sólo de huesos, sino que también tenía músculo y piel. La parte de delante era de forma rectangular y en el borde tenía pequeños huesos puntiagudos.
El Chasmosaurus tenía dos cuernos en las cejas y uno sobre la nariz, pero el tamaño de éstos variaba considerablemente, aunque su tamaño no era ni por asomo como los del Triceratops.
Se desplazaba a cuatro patas y como era tan pesado, su esqueleto era de huesos muy fuertes. Es posible que mantuvieran las patas delanteras rectas bajo su cuerpo para facilitarles la tarea de aguantar el peso de su cabeza. También es posible que el Chasmosaurus fuese más ligero que sus parientes y quizás podía correr bastante.
Igual que sus parientes, el Chasmosaurus se ayudaba del pico para alimentarse y recolectar los vegetales que más le gustaban, para después triturar con sus dientes el alimento para tragárselo. Principalmente su alimentación consistía en árboles y arbustos que le quedaban a su altura.
El Chasmosaurus se encontró en América del Norte y se sugiere que otros ceratópsidos más primitivos, como el Psittacosaurus, se encontraron en Asia, por lo que se deduce que el grupo empezó a evolucionar en ese continente.
El Chasmosaurus vivió en el período Cretácico Superior, hace 75 millones de años.